sábado, 5 de marzo de 2011

EL VIAJE DEFINITIVO




EL VIAJE DEFINITIVO

Personalmente tengo un cierto interés hacia la cuestión de la comunión del hombre con el entorno, con el orden natural y cósmico al cual pertenecemos. Para aquellos que se sientan atraidos por esta temática, quiero recomendarles un par de libros de Carlos Castaneda, los cuales tratan sobre su propia experiencia al conocer a un chamán yaqui mexicano, llamado Don Juan Matus.
En ”Las enseñanzas de Don Juan”, en el que Octavio Paz escribe en su prólogo:
‘Todos vivimos alguna vez en un mundo con esta mirada anterior pero hemos perdido el secreto. ¿Nos atreveremos a recuperarlo?”
El escritor relata sus experiencias con las plantas como el peyote, los hongos y algunas otras. Aparte de que es un escritor notable e importante antropólogo; lo importante son las enseñanzas poco usuales de Don Juan, quien a través de la ingestión de las plantas, induce al escritor a estados de conciencia no ordinaria o acrecentada, y descubre que efectivamente hay fuerzas que nos guían y al mismo tiempo nos controlan.
Pero lo más hermoso es la filosofía del brujo Don Juan, quien sostiene que el hombre es un guerrero de su existencia y que tiene cuatro enemigos a vencer, el primero es el miedo. Cuando un hombre vence el miedo descubre que puede hacer lo que se propone y entonces se encuentra al segundo enemigo que es la claridad, ya que cuando el hombre obtiene claridad, realiza actos que comúnmente no haría y entonces se encuentra con el tercero de sus enemigos, el poder, y al llegar a este punto el cuarto y último enemigo que enfrenta es la vejez.
Aparte de todo esto habla de cómo uno debe vivir su vida de manera que ésta valga la pena, y que en cualquier acto que realicemos demos lo mejor de nosotros mismos dado que no tenemos tiempo y que debemos vivir lo mejor que podamos en cada instante de nuestra existencia en este plano.
Una explanación de esta personal filosofía de la vida se desarrolla en otro de sus libros, en este caso “Viaje a Itxlán”, dónde la “consciente inconsciencia” del protagonista Don Juan durante un viaje pactado con el propio autor, va desarrollando durante el camino un sinfín de cuestiones y respuestas que nos introduce en una intimidad básica y no por ello carente de sapiencia trascendental.
El diálogo continuo, el sutil relato del entorno, las anécdotas y vivencias que van surgiendo entre el chamán y el prosélito, forjan una realidad aparentemente ambigua y enormemente distante de la concepción occidental de la vida, que nos deja a veces perplejos, a veces totalmente desubicados y siempre lejanos ante el modelo de existencia que se destila del personaje.
Recojo del libro, algunas de las cuestiones que se vierten pequeñas, pero plenas en argumentos filosóficos:
¿Qué puedo hacer con la muerte?
- Usarla. Pon tu atención en el lazo que te une con tu muerte, sin remordimiento ni tristeza ni preocupación. Pon tu atención en el hecho de que no tienes tiempo, y deja que tus actos fluyan de acuerdo con eso. Que cada uno de tus actos sea tu última batalla sobre la tierra. Sólo bajo tales condiciones tendrán tus actos el poder que les corresponde. De otro modo serán, mientras vivas, los actos de un hombre tímido.
¿Es tan terrible ser tímido?
- No. No lo es si vas a ser inmortal, pero si vas a morir no hay tiempo para la timidez, sencillamente porque la timidez te hace agarrarte de algo que sólo existe en tus pensamientos. Te apacigua mientras todo está en calma, pero luego el mundo de pavor y misterio abre la boca para ti, como la abrirá para cada uno de nosotros, y entonces te das cuenta de que tus caminos seguros no tenían nada de seguro. La timidez nos impide examinar y aprovechar nuestra suerte como hombres…
Para terminar y a modo de conclusión cito una de las frases más hermosas y lúcidas que se mencionan:
Un hombre apasionado tiene posesiones en la tierra y cosas que le son queridas, aunque sea nada más que el camino por donde anda.”
Y unos versos de Juan Ramón Jiménez que corresponden al poema “El viaje definitivo”:
…Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará, nostálgico…

HECTOR JULIO GOMEZ
GRUPO 58


No hay comentarios:

Publicar un comentario